Tras semanas de confinamiento, nos hemos empezado a replantear la necesidad de espacios "vitales" en nuestras viviendas, que podrian realmente hacer que la situación en la que estamos, se estuviese llevando de otra forma... Lo que está claro es que el coronavirus ha irrumpido en nuestras vidas de forma abrupta, sin tiempo para prepararnos, y esto ha hecho que adaptemos nuestros hogares para vivir 24 horas al día en ellos, ¿como? utilizando los recursos a nuestro alcance de manera creativa, así las
viviendas han pasado a ser testigos de toda nuestra actividad; donde
descansamos, trabajamos, pasamos nuestro tiempo de ocio, hacemos deporte
y desde donde nos relacionamos con el exterior. El confinamiento ha
alterado el diseño de las viviendas para convertirlas en más versátiles,
adaptandolas a la actividad de cada momento.
Tener una estancia al aire libre no solo nos ayuda con este gesto, si no que hace más llevadera la situación actual. Con el aislamiento
derivado de esta crisis sanitaria, contar con un espacio exterior en
nuestra vivienda se ha convertido en un elemento muy importante. Los espacios exteriores siempre se han considerado un valor añadido, y después de esta crisis, serán todavía más apreciados. No obstante, aunque los hábitos con
respecto a las ubicaciones de compra no supongan un cambio drástico ni
radical en nuestro modo de vida. Si se podría tener mayor predisposición a la periferia de las ciudades, donde puedan tener más espacio, pues esto es una observación que estamos viendo en las últimas semanas, debido a los contactos que solicitan información por viviendas, que reunen estos requisitos y que se encuentran en municipios cercanos a la ciudad.
Otro punto, y muy importante, es que se esta implantando el trabajar desde casa, ya que es la opción a la que han tenido que agarrar muchas empresas, para continuar con su actividad durante el estado de alarma, convirtiéndose en toda una necesidad. A medida que se afiance esta fórmula, nuestras casas deberán adecuarse, por lo que intentaremos disponer de una habitación extra para usar como despacho, o bien contar con más amplitud y poder ubicar la zona de trabajo dentro de otros espacios como, por ejemplo, el salón.
El teletrabajo nos ha hecho que prestemos más atención a la
oficina en casa. De afianzarse esta tendencia, el despacho pasará de
ser un rincón en el salón, a una estancia propia. también deberíamos plantearnos si la viabilidad actual del teletrabajo,con lo que conlleva la disminución de desplazamientos, podría contribuir hacia un modelos de ciudades mas sostenibles.
Aunque es pronto para realizar previsiones, nadie pone en duda que la crisis sanitaria influirá en los hábitos de compra de vivienda tras el coronavirus.